Tres reflexiones sobre la decentralización de la Web
Original por Juan Ortiz Freuler y Rosemary Leith disponible aquí. Traducido por Juan Ortiz Freuler — correcciones y sugerencias bienvenidas)
Unas cuantas plataformas se han convertido en lo que la mayoría de la gente conoce como “Internet”. En los últimos 5 años, Google y Facebook han pasado de gestionar menos del 50% del tráfico a las principales páginas web, a más del 75% en la actualidad. Cuando las grandes empresas caen, es como si la vida online se pusiera en pausa. Algunas personas han construido sus empresas sobre estas plataformas y no pueden vender sus productos hasta que estos intermediarios vuelvan a estar en línea, lo que puede llevar horas. Otros no pueden hablar con sus abuelos o hijos, planificar eventos sociales, o coordinar mítines políticos. Pero no se suponía que con internet las cosas fueran a funcionar así!
Internet y la web fueron diseñadas para mantenerse en pie, incluso ante problemas inesperados. Eso fue clave para su crecimiento exponencial: eran confiables. Una decisión de diseño fue particularmente clave para llegar a esa confiabilidad: la descentralización. A diferencia del teléfono, Internet nunca requirió de una sala de operaciones central con decenas de personas conectando cables para permitir que una conversación entre dos usuarios pudiera ocurrir. Ningún nodo era central. Ningún nodo era esencial. Los paquetes de datos que viajan a través de la red se redireccionarán si encuentran un problema con la infraestructura en el camino, y eventualmente encontrarán una ruta que les permita llegar e a destino. El diseño decentralizado evitó que hubiera un punto neurálgico de quiebre.
Por sobre esta capa de transporte, se creo el sistema abierto y decentralizado de gestión de contenidos: la web. Los estándares abiertos de la web garantizan que cualquier persona con una conexión a internet pueda publicar contenido online. Contenido que se puede conectar mediante hypervínculos a cualquier otra página web, y que cualquiera puede leer en cualquier navegador. A diferencia de la televisión por cable, para difundir contenido a las masas, no hace falta convencer a un intermediario de que dicho contenido será un éxito. Esta decisión abrió espacios para una mayor participación en el debate público de grupos sistemáticamente excluidos, y a ideas innovadoras.
Las páginas web podían caer, y a menudo lo hacían, pero los impactos eran típicamente locales y fáciles de neutralizar. En los últimos años, las cosas han cambiado: las fallas son grandes, se propagan rápidamente y generan mucho daño. La creciente centralización de la web está afectando la seguridad, la innovación y nuestra confianza en la web e Internet.
En el año académico 2018–2019, bajo el título La Re-Descentralización de la Web, coordinamos un grupo de lectura en el Centro Berkman Klein. Lo ideamos como un espacio para aprender y discutir el significado, la relevancia y las implicaciones de un movimiento creciente que promueve la descentralización. Con ese fin, creamos una lista de lecturas accessibles* y convocamos a un conjunto de mentes estelares**, a quienes estamos inmensamente agradecidos.
En un intento por abrir la discusión más allá de nuestro grupo de lectura, compartimos tres reflexiones:
1. Que un sistema esté descentralizado depende en última instancia del aspecto en qué nos estemos enfocando.
“Pero, ¿está descentralizado?” La frase se repite mucho entre las comunidades tecnológicas. Quizás demasiado. A menudo pareciera que la descentralización es un mandamiento celestial.
La búsqueda de la descentralización a menudo se presenta como un fin en sí mismo, y no como un medio para alcanzar otros objetivos. El hecho de no expresar estos objetivos socava la capacidad del movimiento para encontrar aliados más allá del sector tecnológico. Sectores que, por cierto, en muchos casos se beneficiarían de diseños más decentralizados, y podrían jugar un papel clave en ampliar el movimiento.
Indicar porqué estamos interesados en aprovechar un sistema descentralizado ayuda a limitar el análisis de la arquitectura a las capas relevantes. Y este análisis puede ser una herramienta útil para predecir cómo un sistema podría lidiar con preguntas que van más allá de su función principal (por ejemplo, cómo distribuirá el valor). Estos son los puntos que pueden captar el interés por la decentralización de la comunidad no-tecnológica. Es importante plantearlos de manera expresa.
2. Cuando los sistemas centralizados fallan, fallan a lo GRANDE. Especialmente en lo que refiere a sistemas críticos, la descentralización merece el tiempo y la inversión.
Los administradores de sistemas suelen argumentar que la centralización ofrece seguridad. Sin embargo, comprometer muchas partes pequeñas de un sistema descentralizado puede ser más difícil que crear una falla grande en un sistema centralizado. El robo y difusión de bases de datos masivas, que contienen datos personales sensibles, así como las caídas prolongadas de sistemas que se han vuelto centrales se están volviendo normales. Los ataques maliciosos y los problemas generados por bugs en el código no son nuevos en sí mismos. Pero la escala sin precedentes de su impacto es nueva, y en buena medida esto se debe a que la web está concentrando una gran masa de usuarios en un puñado muy pequeño de productos y servicios tecnológicos.
También vale la pena explorar a quién le proporciona qué tipo de seguridad un sistema centralizado. Más allá de los riesgos creados por los actores externos y los errores involuntarios, debemos considerar los riesgos que genera la centralización al entregar tanto poder a un puñado de administradores. En qué casos esto nos deja más expuestos a abusos de poder por parte de estos administradores?
3. El diseño de las estructuras de gobernanza se suelen retrasar con demasiada frecuencia y por demasiado tiempo.
Los sistemas descentralizados tienden a deslizarse hacia la centralización del poder cuando carecen de una estructura de gobernanza robusta. Para muchos, la idea de establecer un órgano de gobierno en un sistema descentralizado es un oxímoron. A menudo existe la expectativa de que los programadores originales han creado un script benevolente que se ocupará de resolver todas las posibles contingencias.
Sin embargo, como lo sugiere la repetida bifurcación de Bitcoin, no se pueden predecir todas las contingencias, no todos los tipos de problemas caben en bibliotecas de código, y no todas las partes interesadas necesariamente tienen representación dentro de este grupo de programadores. No atender estas debilidades socava la confianza y la posibilidad de que el movimiento crezca de manera sostenible más allá del sector experto en tecnología.
Muchos proyectos y startups tienden a dejar las cuestiones de gobernanza poco desarrolladas y esperan poder abordarlas más adelante. El problema es que más tarde puede ser demasiado tarde. Especialmente en los casos en que se postula un sistema descentralizado como forma de neutralizar el temor de que la concentración de poder pueda llevar a abusos. Los incentivos para que quienes detentan algo de poder dentro de la arquitectura abusen de su función aumentarán a medida que el sistema crezca y se genere más valor. Identificar las capas o áreas donde puede haber concentración de poder podría ayudar a realizar un bosquejo de los tipos de reglas que se necesitan y cómo garantizar un mecanismo de gobernanza apropiado para cada una de ellas.
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Sobre la base de nuestras discusiones pasadas y estas conclusiones, en el año académico 2019–2020, Juan Ortiz Freuler y Gili Vidan organizarán un grupo de lectura y discusión sobre el concepto de “descentralización como crítica”. ¿Qué tipos de estructuras de poder existentes o principios de diseño estamos desafiando cuando clamamos por una mayor descentralización? ¿En qué medida la descentralización ofrece nuevas oportunidades? Estos son algunos de los tipos de preguntas conceptuales que el grupo explorará, así como algunas cuestiones prácticas, tales como: ¿Qué métodos y fuentes deberíamos usar para mapear el grado en que la web ha sido centralizada? ¿Cuáles son las capas relevantes?
Guiados por la idea de que las capas son importantes, la primera sesión se centrará en trazar las diferentes capas de la arquitectura y los sistemas de gobernanza de varias plataformas. Las siguientes tres reuniones se centrarán en un aspecto específico de la centralización: económico, técnico y político.
Póngase en contacto si desea unirse a la discusión o sugerir lecturas, de forma remota o en persona en Cambridge. Déjenos un comentario o envíenos un correo electrónico a jfreuler@cyber.harvard.edu o gvidan@g.harvard.edu.
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Lecturas incluidas en la serie 2018–2019:
- Principles of Design , Tim Berners-Lee (1998)
- Ch.4, The Future of the Internet and how to stop it, Jonathan Zittrain (2008)
- Chapter 1, Small Pieces Loosely Joined, David Weinberger (2002)
- Why decentralization matters, Chris Dixon (2018)
- Tech Platforms and the Knowledge Problem (2018), Frank Pasquale
- The barriers to overthrowing internet feudalism, Liu et al (2018)
- The Meaning of Decentralization, Vitalik Buterin (2017)
- The story of the internet is all about layers, The Economist (2018)
- No Blockchain is an island, Primavera de Filippi (2018)
- Beyond the Bitcoin Bubble, NY Times Mag (2018)
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**Pensadores invitados a nuestra serie 2018–2019: Tim Berners-Lee, Jonathan Zittrain, Nick Mathewson, Primavera De Filippi, Patrick Murck, Kathleen Breitman, y David Weinberger